Abraham Larrondo Vega

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Abraham Larrondo Vega.

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jueves, 16 de mayo de 2013

UNA PALABRA DE FE QUE DA UN NUEVO SENTIDO A LA MISIÓN DE LA IGLESIA

Y les digo más: Creo que el enemigo de nuestras batallas, siempre esta desviando la atención - a temas que no potencian - la UNIDAD del CUERPO de CRISTO, Su SEÑORÍO y SU REINO..Porque el día que la Iglesia, entienda estas verdades, será imbatible. Porque con una nueva posición y cosmovisión misionologica - cambiará radicalmente - su historia de auto marginación, espiritual, social, económica; cultural y política - que durante años - ha sido injustamente doblegada en la tierra, en favor precisamente , de los que se burlan hoy de su organización y de su fe trascendente, para el hombre y el ciudadano.
      
      

miércoles, 15 de mayo de 2013

Principios y valores, no son lo mismo.pero se complementan.

Los valores forman o visten lo externo de la vida. En cambio los principios transforman y le dan sentido trascendente. Los configuran y rigen los procesos internos de la vida de la naturaleza y las personas. 

Eso me ha pensar, que son principios los que hay que enseñar. Y estos son por revelación, en cambio los valores son por reflexión. Como dice: " Gloria le esa Dios esconder el asunto y honra le es al rey , escudriñarlo.(Gloria de Dios es ocultar un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo. )

Un principio, no es moral, es espiritual, no se asienta en los límites de la conducta, sino en el sentido de ella...En cambio un valor,es ético y es moral, porque fija las fronteras del hacer, pero no del ser, que esta determinado por principios.

Un principio en la Biblia es : "Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra." ( Efesios 6:1-3 )

Todas las civilizaciones, culturas o religiones que reconocieron este principio, son mas longevas. Vean el caso de la cultura oriental, don el padre y la madre, son figuras sagradas de su civilización y viven muchos más años, que nuestras sociedades occidentales.
     
     
      

viernes, 10 de mayo de 2013

Un testimonio de fe: El pacto con Dios, en el palto de mi jardín.

Un día estaba orando al lado de un palto, que estaba secándose. Lo miré y le dije a Dios: "Si este árbol, que esta seco, vuelve a brotar, es que tu me vas a levantar...

Pero un día pasa un amigo a visitarme con su perro y sin preguntar, lo amarra en el palto y le dije: No, ese es un árbol...cuidado... y me respondió: "parece un palo seco, mira como cae el polvo de sus tronco" .

Entonces me levanté de mi asiento y sacudí el tronco, para botar el polvo - y me di cuenta - que solo un milagro lo podía hacer brotar. 

Así que le dije a mi amigo, saca tu perro de ahí, ese palto va a brotar un día...y me olvidé del asunto. 

Como el riego del jardín es automático, el agua seguía regando el palto del jardín, todos los días.

Pero después de tres semanas...fui al patio y para mi sorpresa, el palto estaba brotando desde su base...y el tronco se veía verde abajo y seco por arriba...y pequeñas hojas verdes, salia por sus costados inferiores....Entonces llamé a mi esposa y a uno de mis hijos que estaba presente. Allí oramos juntos, al lado del palto. 

Mi cuerpo temblaba...sabía que Dios había tocado ese árbol, porque yo mismo lo había visto seco en el centro de su tronco y solo destilaba polvo... y le dije a Dios en oración: "Este será el pacto del palto", porque aquí me quedó una señal de tu respuesta....

Ayer fui al palto a orar...y cuando me acerco, me confundí, porque sus ramas estaban mas altas que el mandarino...no podía creer que eran las ramas y hojas del palto... Así que me paré al lado del palto , para medir su estatura...y no podía hablar, me superaba en estatura, yo siempre lo miraba para abajo, estaba emocionado mirando la obra de Dios....incliné mi cabeza y le dije a Dios: "Me avergüenza saber lo pequeña que es mi fe en ti...ya no te pido, por lo que hagas a mi alrededor, sino por mi, que soy pequeño de fe...este palto es mas digno que yo, de recibir tanta bendición"... 

Ahora entiendo porque tus discípulos te pedían : " Auméntanos la fe" y tu les decías : " Bastaría que vuestra fe, sea del tamaño de una semilla de mostaza, para que esta montaña se mueva, a la orden de una de vuestras palabras... "

El Pacto del Palto, me ha sorprendido y me ha  enseñado algo grande...creo que Dios me hará ver lo que muchos amigos no vieron, ni en sus mentes creyeron...

        
      

miércoles, 8 de mayo de 2013

UNA MIRADA AUTOCRÍTICA SE PIDE A LOS QUE PRACTICA LA FE DE CRISTO

Hace mucho rato que la gente observa y vive una permanente contradicción vivencial con las iglesias....Lamentablemente muchos de sus lideres en vez de recoger la critica y analizar su realidad, prefieren condenar al que denuncia tal vulgaridad...¡ No hermanos!, hay que ser honestos, algo no anda bien y debemos transparentar y reconocer, donde hemos fallado y corregir a tiempo, para que nuestra fe sea saludable y redentora y no solo condenatoria...
    
     
      

martes, 7 de mayo de 2013

Perseverar es la virtud cardinal del verdadero político.

En política, a veces, se rompen nuestras esperanzas, pero la perseverancia, en lo que realmente creemos, nos trae un día lo que esperamos...
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jueves, 2 de mayo de 2013

Pastelero, a tus pasteles...

"Pastelero, a tus pasteles ".... Este viejo refrán se aplica en toda organización y también en la política. No hay que engañarse, esperando resultados en temas que no dominas ni son parte de tu verdadero ministerio.

He visto a mucho que no son, y de buena fe, en lugares para los cuales nunca fueron ni llamados, ni menos capacitados. Sin embargo insisten en pretender liderar en temas que no dominan, ni son parte de su liderazgo. 

A ellos les digo: Deja que los que son, vayan y apóyalos. No pretendas hacer la tarea que a otros - les es por su vocación - imperativo hacerlo.

Por esto La Biblia dice: " En cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición que el Señor le asignó y a la cual Dios lo ha llamado" (1 Corintios 7:17)

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miércoles, 1 de mayo de 2013

Abel: la ofrenda que agrada a Dios. Por El Pastor Tony Hancock

Dentro de muy poco celebraremos el día de las madres. En este día tan especial hay una cosa que nunca puede faltar. Me refiero al regalo hecho a mano por los niños. Los han visto, ¿verdad? Me refiero a las tarjetas con dibujos de figuras que no aparecen en la naturaleza y las manualidades que sólo son bellas a la vista de una madre.

Es una experiencia bonita para cualquier madre recibir un regalo hecho por uno de sus hijos. En la gran mayoría de los casos, sin embargo, no tiene nada que ver con la calidad del regalo mismo. Por lo general, son cosas que nunca se venderían en la tienda.

Más bien, el placer viene del amor que refleja el regalo. El cariño que manifiesta el regalo es su belleza. Yo me pregunto: ¿cómo podemos nosotros ofrecerle a Dios regalos que le complazcan? ¿Cómo podemos ofrecerle algo que le agrade?

Hoy conoceremos la historia de dos hombres. Uno de ellos supo agradar a Dios con su ofrenda, y el otro no.

Lectura: Génesis 4:1-16

4:1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.
4:2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.
4:3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.
4:4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;
4:5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
4:6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?
4:7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
4:8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
4:9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
4:10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
4:11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
4:12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.
4:13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.
4:14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
4:15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.
4:16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.

Caín y Abel son, posiblemente, los hermanos más famosos de la historia. Encontramos el recuento de sus vidas aquí en el libro de Génesis inmediatamente después de la historia de la caída de Adán y Eva. La acción de Caín demuestra los efectos de la rebelión humana, el pecado, sobre las relaciones humanas.

Es fácil analizar a Caín. El pecado, aunque se viste de gran sofisticación y filosofías altisonantes, es aburridamente sencillo cuando se analiza. En este caso, encontramos los celos de Caín, celos por la preferencia que tuvo Dios por la ofrenda de su hermano. Estos celos lo llevaron a destruirlo.

Hay, sin embargo, otra pregunta mucho más interesante: ¿Por qué fue más aceptable la ofrenda de Abel que la de Caín? El texto no nos lo dice directamente. Simplemente nos dice que el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda.

Son varias las teorías del por qué. Algunos opinan que el problema fue la naturaleza de la ofrenda. Piensan que Abel ofreció un sacrificio de animales, con su sangre, que era lo que Dios quería. Caín, en cambio, según esta teoría, ofreció lo que quiso o lo que se le hizo más fácil - el fruto de la tierra.

Recuerdo muy bien haber aprendido esta teoría en la Escuela Dominical. A pesar de la buena calidad de los maestros de Escuela Dominical que tuve, y a pesar de la buena influencia que ha sido la Escuela Dominical sobre mi vida, creo que ellos se equivocaron en esto.

Para empezar, lo que ofrecieron Caín y Abel no fue un sacrificio, sino una ofrenda. Son cosas distintas, lo cual se refleja en el uso de diferentes palabras en hebreo. No estamos hablando, entonces, de sacrificios para el pecado, como los que se ofrecerían posteriormente bajo la ley de Moisés.

Dentro de la misma ley mosaica, que desde luego aún no existía en días de Caín y Abel, se podía dar ofrendas del fruto de la tierra. Sacrificios no; éstos tenían que ser de animales. Las ofrendas, en cambio, podían ser de animales o de plantas.

Además de esto, Dios aún no le había dicho a la humanidad qué clase de sacrificios quería. Fue miles de años después que Moisés dio a los israelitas las instrucciones exactas para los sacrificios.

Esperar que Caín y Abel supieran exactamente qué dar sería como una madre decirle a su hija: Tráeme algo para comer. La hija responde: ¿Qué quieres? La madre le dice, enojada: No sé, pero si no me gusta lo que me traes, te voy a pegar.

¿Qué tal? Ridículo, ¿no? Pero así de ilógico pintamos a Dios, si decimos que la ofrenda de Caín fue rechazada por sunaturaleza. No se trataba de un sacrificio, sino de una ofrenda; y las leyes que gobernaban las ofrendas y los sacrificios todavía no se divulgaban.

Bueno, si no fue la naturaleza, quizás la calidad de la ofrenda de Caín fue deficiente. También se ha pensado que Caín trajo las sobras de su cosecha, lo menos servible y menos consumible. Buscó las frutas magulladas, los cereales con menos grano y las verduras con menos color para ofrecérselas al Señor.

El texto parece apoyar este concepto, ya que dice que Abel trajo lo mejor de su rebaño, mientras que tal declaración no se hace de Caín. Sin embargo, esta idea no resiste la reexaminación.

Cuando dice el verso 4, Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, nos da a entender que la ofrenda de Caín había sido de lo mejor. La palabra también no sería apropiada si Caín, en realidad, hubiese traído de lo peor. Se diría, más bien, en cambio.

Concluimos, entonces, que el problema con Caín tampoco estuvo en la calidad de su ofrenda. Al contrario; su actitud al ser rechazado por el Señor se parece al del niño caprichoso, que no entiende por qué no puede tener lo que quiere. Como el niño que, enojado, le dice a su padre: ¿Qué más quieres?, Caín se enoja ante el rechazo divino.

Si volvemos a leer los versos 4 y 5, podemos entender por qué rechazó Dios la ofrenda de Caín. No tenía que ver con la naturaleza de la ofrenda, ni tenía que ver con su calidad. De hecho, no tenía nada que ver con la ofrenda en sí, sino más bien con el que la traía. Leemos: El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda.

El problema no estaba en la ofrenda sino en el corazón del que la traía. Dios no se disgustó con la ofrenda, sino con Caín; no se agradó con la ofrenda de Abel, sino con su corazón. Esto lo confirma el autor de la carta a los Hebreos, en su conocido listado de los hombres de fe.

Leámoslo en Hebreos 11:4:
"Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella."

Debemos de aclarar, antes de considerar el versículo, que la palabra griega que aquí se usa puede significar tantosacrificio como ofrenda. ¿Qué nos dice acerca de la ofrenda de Abel? Nos dice que fue ofrecida con fe. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín. No fue por obedecer algún detalle de la ley; esa ley aún no existía. No fue por la calidad de la ofrenda; el peor hipócrita puede hacer una ofrenda muy esplendorosa.

No; la ofrenda de Abel fue agradable a Dios porque fue ofrecida en fe. Esto nos trae al pensamiento clave que quiero que recuerden en esta mañana: sólo por fe pueden ser aceptables nuestras ofrendas ante Dios.

La fe hace que nuestras ofrendas sean aceptables ante Dios. Jesús señaló a una viuda que dio sólo unos centavos, pero su fe la llevó a dar todo lo que tenía. Así dio más, ante los ojos de Dios, que los que habían llenado la alcancía de alhajas.

La razón es que la fe nos hace justos ante Dios. Leímos en Hebreos: Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo. Dios mismo testificó de la justicia de Abel, pues aceptó su ofrenda; y esta justicia fue resultado de su fe.

Sin fe, nosotros no podemos ser aceptables ante Dios. Por ende, cualquier ofrenda que pretendamos darle no será aceptable tampoco. Quítese de la cabeza, por favor, el pensamiento de que me refiero solamente al dinero que ponemos en el plato de la ofrenda. Esta es solamente una pequeña parte de las ofrendas que la Biblia nos llama a ofrecerle al Señor.

Hebreos 13:15, por ejemplo, nos habla del sacrificio de la alabanza: "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre." Romanos 12:1 nos llama a entregar nuestros cuerpos en servicio a Dios como una ofrenda: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional." Estos sacrificios, sin embargo, sólo serán agradables si nacen de un corazón de fe.

Si no tenemos fe, nuestras ofrendas al Señor serán como las ofrendas que traen los gatos - ofrendas de ratones y pájaros muertos y deteriorados. En lugar de agradar, dan asco. Así también ve el Señor nuestras ofrendas, si no son producto de nuestra fe.

Quiero hablarte primero a ti que aún no conoces a Cristo. Quizás has pensado que Dios te aceptará porque has hecho buenas obras. Quizás crees que podrás entrar al cielo si tus obras de caridad son mayores a tus errores. Quizás te imaginas un juego de balanzas en la entrada del cielo, donde se compararán tus obras buenas con las malas.

¡Así no es la entrada al cielo! Más bien, la única forma de agradar a Dios es por medio de la fe. Antes de poder agradarle con las cosas que haces, tienes que poner tu confianza en él por medio de su Hijo. Si tú confías en Cristo para el perdón de tus pecados y le entregas el control de tu vida, serás agradable a Dios. En cambio, si no lo haces, podrás encontrarte en la situación de Caín - ofreciendo a Dios muchas cosas, pero sin el cambio de corazón que las hace aceptables.

Quiero también dirigirme a ti que eres creyente. Quizás en algún momento aceptaste a Cristo como tu Señor y Salvador, pero últimamente se ha apagado la llama de tu servicio al Señor.

No caigas en la trampa de Caín. Más bien, vuelve al corazón del asunto. Examina el estado de tu fe. ¿Estás confiando en Cristo a diario? ¿Estás caminando con él? ¿Nace tu servicio de tu confianza en que él obrará por medio de ti, o nace de tus sentimientos de culpabilidad?

Ninguna ofrenda será aceptable si no nace de la fe. Al contrario; el tratar de servir a Dios por cualquier otro motivo resultará en angustia, en frustración, en desilusión.

¿Dónde te encuentras en esta historia? ¿A cuál te pareces más - a Caín, o a Abel? Caín decidió ignorar la amonestación del Señor, cuando éste le dijo: ¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.

No ignores el llamado de Dios. No dejes que el pecado te domine. Más bien, vive en fe - y el Señor te dará la victoria.

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