Chile es un país que se acerca a pasos agigantados hacia el desarrollo. Algunos hablan de "Potencia Alimentaria" y lo único que demuestran es su ignorancia en materia de geopolítica. Otros basan sus argumentos en las notables cifras macroeconómicas que han destacado a Chile en el concierto global.
No obstante, cualquiera con al menos un año de economía en el cuerpo sabrá diferenciar entre la microeconomía y la macroeconomía. De no hacerlo, o estamos frente a demagogia, o ante una lisa y llana estupidez.
Una de las variables que más les gusta a los economistas para destacar el gran momento que disfrutamos los chilenos es el crecimiento del Producto Interno Bruto y del PIB per cápita. Es imposible no reconocer que mientras el mundo se estanca o simplemente se contrae, Chile crece a tasas que superan el 5% y que durante 2012 alcanzó un PIB de USD 319.000 millones, logrando un PIB per cápita que fluctúa entre los USD 18.000 y USD 20.000, casi como un país desarrollado (pero "pobre entre los ricos", como Portugal o Grecia).
No obstante, hay datos que es mejor ponerlos en un contexto, todo sea para evitar que las personas como usted o como yo caigamos en equívocos. Por ejemplo, en Chile viven alrededor de 4 millones de familias, lo que totaliza, más o menos, los cerca de 17 millones de personas. De esas 4 millones de familias, sólo ocho acaparan casi el 19% de la producción total del país. ¿Por qué?, ¿Suena descabellado? Según el Ranking Forbes 2013, que agrupa a las mayores fortunas del planeta, los siguientes compatriotas figuran en la lista:
Familia Luksic: USD 17.400 millones
Horst Paulmann: USD 9.700 millones
Familia Matte: USD 11.100 millones
Familia Solari: USD 13.600 millones
Sebastián Piñera: USD 2.500 millones
Álvaro Saieh: USD 3.000 millones
Luis E. Yarur: USD 1.850 millones
Patricia Angelini: USD 1.000 millones
Sumadas todas las fortunas de estas ocho familias chilenas, se obtiene un total de USD 60.150 millones, casi el 20% del Producto Interno Bruto de Chile. Ahora, el dato que llama a la reflexión es que el restante 80% debe ser distribuido entre las más de 4 millones de familias restantes.
Este planteamiento puede ser criticado desde diversos ámbitos. No se consideran los quintiles; no se considera las alzas en el sueldo mínimo; no se consideran las ayudas estatales, como subsidios y accesos a créditos; no se considera el aumento en la tasa de empleo.
Es cierto, pero no obstante, de ninguna manera se puede negar que una riqueza de más de USD 1.000 millones de todas formas sigue siendo más poderosa en todo sentido, que miles de habitantes que ganan el sueldo mínimo todos agrupados. (Tomado de una nota de prensa de Carlos Montoya. Revista Inversor Global)
sábado, 16 de marzo de 2013
LA DESIGUALDAD ECONÓMICA EN LA POBLACIÓN DE CHILE ES UN ESCÁNDALO...
3/16/2013 04:29:00 p.m.
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