Me gusta la montaña, es más, me gusta mas que cualquier otro paisaje de la tierra. De niño he vivido al pie de la cordillera y mi mayor delicia era subir cerros hasta quedar tirado en el suelo agotado, de caminar, porque era siempre mi desafío personal subir a los montes y mirar la naturaleza y la ciudad. Un día subí a la montaña para encontrar a Dios. Tenia no mas de 15 años y leyendo la biblia, observé que Dios siempre se aparecía en las montañas y pensé. Seguro Dios vive en las montañas o e manifiesta ahí, y yo quiero conocerlo, tener una experiencia extrasensorial con El...y subía cada fin de semana la montaña, con un par de amigos, a los que les decía: " Espérenme aquí, voy a ir a orar, para que Dios me hable.."...La verdad, nunca se apareció en el cerro y bajaba muy frustrado. Quería conocerlo en persona, no por lo que otros me dijeran....hasta que un día en mi dormitorio, en casa, sentí que toda la habitación se llenaba de una energía invisible, que me hacía llorar de paz....entonces pensé: " Es Dios, solo El podría presentarse así"...Fue tan fuerte su presencia, que mi padre entró a mi habitación para saber que ocurría y abrió la puerta - sorprendido - porque temblaba el piso del dormitorio y no toda la casa...Ese día, no tuve que ir a la montaña a encontrarme con Dios, el quizó bajar a bendecir mi vida y cambiar su sentido, contenido y dirección...Hoy en tiempos de resurrección, celebrado en Chile, por la Semana Santa, recuerdo mirando la montaña, lo clave que fue para mi, haber tenido una experiencia de fe, con el Autor del libro y no solo con su mensaje, que inspirados por El, escribieron en la Biblia.
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